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Tabla de contenido
Introducción
El funcionamiento adecuado de la puerta arreadora beneficia tanto a las vacas como a los trabajadores de las granjas lecheras. Para los administradores de granjas, la capacitación efectiva del personal, el mantenimiento regular de las puertas arreadoras y el manejo adecuado son esenciales para garantizar el funcionamiento exitoso de las puertas arreadoras. Si bien las puertas arreadoras ayudan a mantener a las vacas cerca de la entrada de la sala de ordeño, es crucial evitar su mal uso y así promover el bienestar animal.
¿Qué es una puerta arreadora?
Una puerta arreadora es una barrera móvil que se extiende desde la parte trasera del área de espera hasta la parte delantera, guiando suavemente a las vacas hacia la sala de ordeño. Cuando se usa correctamente, una puerta arreadora reduce el espacio vacío en el área de espera y mejora el flujo de las vacas, lo que lleva a un ordeño más eficiente. Por lo general, la puerta se puede levantar o elevar por encima para devolverla a su posición inicial en la parte posterior del área de espera para el siguiente grupo de vacas. La puerta arreadora se puede controlar de forma manual o automática.
Los tres principales errores que se cometen al usar las puertas arreadoras
Los tres principales errores observados en el uso de puertas arreadoras y el manejo de las áreas de espera incluyen:
- Hacinamiento en la sala de espera
- Uso descuidado de la puerta arreadora
- Trabajadores que ingresan en la sala de espera para perseguir a las vacas
A continuación, se analizará cada uno de ellos, junto con las mejores prácticas para abordar estos desafíos comunes.
Hacinamiento en el área de espera
Error común:
Hacinamiento en el área de espera
Tratar de acomodar demasiadas vacas en un espacio limitado durante períodos prolongados de tiempo puede ser perjudicial para el bienestar, la producción y la salud de los animales. En el área de espera, las vacas están de pie sobre concreto, lejos de alimento, agua y camas cómodas.
Los signos de una sala de espera superpoblada incluyen vacas con la cabeza levantada, incapaces de plantar sus cuatro patas en el suelo y con aspecto inquieto e incómodo. El hacinamiento a corto plazo también puede ser el resultado del mal uso de la puerta arreadora, por parte de los empleados que la empujan demasiado hacia adelante y aplastan las vacas.
El hacinamiento puede resultar especialmente incómodo durante los meses de verano. Las vacas generan mucho calor corporal y necesitan un flujo de aire a su alrededor para disipar ese calor. En climas cálidos, el calor corporal producido por muchas vacas juntas exacerba el estrés por calor y la incomodidad.
Mejores prácticas:
Minimizar el estrés y la incomodidad
Mantener densidades de población adecuadas en las áreas de espera es crucial para el bienestar de las vacas. Los tamaños de la sala de ordeño y los corrales deben estar equilibrados para garantizar que las vacas no pasen más de 1 hora lejos de sus corrales por cada ordeño. La densidad de población recomendada por vaca en el área de espera es de al menos 20 pies cuadrados (1,9 metros cuadrados).
Si es necesario, un corral grande se puede dividir en dos grupos más pequeños. Si bien esto aumenta el número de viajes que los trabajadores deben hacer a la sala de ordeño, reduce el tiempo que las vacas pasan en el corral de espera. Además, el hacinamiento a corto plazo se puede minimizar moviendo la puerta de la multitud hacia atrás para permitir más espacio para las vacas.
Para mitigar el estrés por calor, los corrales de espera deben estar sombreados y bien ventilados. Mejorar la ventilación natural o instalar ventilación mecánica, junto con sistemas de rociadores, puede aumentar aún más el enfriamiento evaporativo de las vacas.
Uso descuidado de la puerta arreadora
Error común:
Uso descuidado de la puerta arreadora
Descuidar el bienestar animal mediante el uso forzado de la puerta arreadora es una preocupación importante. Usar la puerta para empujar agresivamente a las vacas, moverla demasiado rápido, colocarla demasiado cerca de las vacas y/o usar electricidad para alentar a las vacas a moverse puede causar estrés, miedo, dolor, incomodidad y posibles lesiones a las vacas.
Cuando la puerta se opera manualmente, es posible que los trabajadores no vean lo que está sucediendo en la parte posterior del área de espera, lo que aumenta el riesgo de lastimar a las vacas. Además, al bajar la puerta se corre el riesgo de golpear a las vacas en la espalda, lo que hace que se caigan o se lesionen. Además, incluso cuando la puerta arreadora se usa con cuidado, aún puede operarse de manera inapropiada si los empleados no dejan suficiente espacio para las vacas. Si la puerta arreadora se acerca demasiado a la sala de ordeño para el número de vacas que quedan en el área de espera, puede resultar en un hacinamiento temporal. Entonces ocurrirán los mismos problemas descritos anteriormente.
Mejores prácticas:
Proporcionar una experiencia positiva para las vacas
Un entorno predecible y tranquilo proporciona una experiencia positiva. Las puertas arreadoras deben moverse suavemente, guiando a las vacas hacia la sala de ordeño sin fuerza. Recuerde, el propósito de la puerta arreadora es ajustar la cantidad de espacio en el área de espera, no empujar físicamente a las vacas.
Una vez que las vacas de un lado de la sala han salido, la puerta arreadora se puede mover hacia adelante. Este ajuste regular es crucial para adaptarse a los cambios en el número de animales y al espacio disponible en la zona de espera. La automatización de la puerta arreadora para que avance cada vez que la puerta de salida esté abierta/levantada puede ayudar a reducir su uso indebido.
Señales de sonido conocidas, como campanas o timbres, se pueden usar para entrenar a las vacas para que avancen, en lugar de depender del movimiento de la puerta arreadora. No se aconseja el uso de puertas arreadoras electrificadas. La puerta arreadora debe permanecer al menos a 3 pies (1 metro) detrás de las vacas, en lugar de estar apretada contra sus espaldas (el uso adecuado se muestra en la Figura 1). Si la puerta se acerca demasiado a las vacas, muévala hacia atrás para proporcionar más espacio antes de volver a moverla hacia adelante.
Trabajadores que ingresan en la sala de espera para perseguir a las vacas
Error común:
Trabajadores que ingresan en la sala de espera para perseguir a las vacas
Idealmente, los trabajadores deben permitir que la puerta arreadora guíe suavemente a las vacas hacia la sala de ordeño. Sin embargo, algunos trabajadores persiguen a las vacas desde el área de espera hasta la sala de ordeño. Esta práctica puede deberse a malos hábitos, falta de capacitación o mal funcionamiento de las puertas arreadoras. Independientemente de la razón, el uso inconsistente de la puerta arreadora puede crear confusión y estrés para las vacas. Sin señales consistentes, las vacas pueden sentirse inseguras si entrar a la sala de ordeño cuando la puerta se mueve o cuando las persiguen. También existen preocupaciones de seguridad para los trabajadores que pueden quedar atrapados, ser empujados o aplastados por las vacas o la puerta arreadora.
Mejores prácticas:
Capacitación periódica de los trabajadores y mantenimiento de las puertas
Los trabajadores de granjas lecheras deben recibir capacitación regular sobre el manejo de las vacas y el uso adecuado de las puertas arreadoras. Enfatizar la importancia de no entrar en el área de espera para perseguir a las vacas y proporcionar un ambiente constante y tranquilo. De hecho, el programa nacional de Cuidado de Animales FARM requiere educación continua sobre el manejo del ganado lechero al menos una vez al año. Excepto cuando se meten las últimas vacas de un corral y las vacas frescas, la puerta desde el foso de la sala de ordeño hasta el área de espera debe permanecer cerrada durante la mayor parte del proceso de ordeño. Este recordatorio físico es para disuadir a los trabajadores de ingresar al área de espera. Además, el mantenimiento regular de las puertas de multitudes, la notificación rápida de problemas y la resolución rápida de problemas por parte de la gerencia son cruciales para el correcto funcionamiento de las puertas.
Conclusión
El uso adecuado de las puertas arreadoras y el manejo eficaz del área de espera son cruciales para proporcionar un entorno positivo para las vacas antes del ordeño. Las vacas cómodas y tranquilas en el área de espera exhiben varios comportamientos clave (ver Imagen 1): todas miran hacia la sala de ordeño, están dispuestas a entrar por su cuenta, tienen la cabeza colocada normalmente (ni arriba ni abajo) y tienen las patas firmemente plantadas en el suelo. Además, hay un amplio espacio para que puedan estar de pie y moverse cómodamente. Crear un entorno tranquilo, seguro y predecible para las vacas y los trabajadores nos ayudará a lograr este objetivo. Abordar los desafíos comunes, como el hacinamiento en el área de espera, el uso descuidado de las puertas de aglomeración y el manejo ineficiente del área de espera, se puede lograr mediante una capacitación integral y regular de los trabajadores, así como el mantenimiento rutinario de las puertas arreadoras. La capacitación debe resaltar los peligros de las puertas arreadoras y las puertas de entrada y salida motorizadas para la seguridad de los trabajadores y las vacas. Comprometámonos a hacer de las puertas arreadoras una herramienta para mejorar el bienestar animal y la eficiencia operativa. Es hora de hacer que las puertas arreadoras trabajen a nuestro favor, no en nuestra contra.
References
“Milking Parlor Holding Area (Collecting Yard)” – Dairyland Initiative, School of Verterinary Medicine, University of Wisconsin-Madison.
https://thedairylandinitiative.vetmed.wisc.edu/home/housing-module/adult-cow-housing/milking-center/
Reviewed by
Megan Nelson
Dairy and Livestock Program Manager
University of Wisconsin-Madison, Division of Extension
Jennifer Van Os
Assistant Professor and Extension Specialist in Animal Welfare
University of Wisconsin-Madison, Department of Animal & Dairy Sciences & Division of Extension
Autor
Carolina Pinzón
Bilingual Dairy Outreach Specialist – As a statewide Dairy Outreach Specialist, Carolina identifies needs and incorporates research findings into high-quality outreach education programs around dairy production.